domingo, 17 de marzo de 2013

Como un olmo seco.


No lo entiendo, no me entiendo. Esto cada día me atormenta y me paraliza mas. No es justo, no encuentro la respuesta, ni la solución a mis gritos de socorro.

Cada día me levanto y lo mismo, no se que pasará. La incertidumbre de mi alma maldita, indecisa de sentimientos de sensaciones. ¿Por qué te revelas contra mi si lo único que busco es tu bienestar? Cada día se me hace mas difícil entenderlo: ¿por qué cuando me siento llena de júbilo y alegría decides cambiar así porque sí? ¿por qué me obligas a preocupar y hacer sentir mal a aquellos que me acompañan en mi camino?¿por qué recuerdas todos los momentos felices que tuviste con aquellas personas que hoy ni son capaces de mirarte a la cara?¿Y por qué en vez de hacer eso te quedas con esa sensación increíble? No, tu tienes que volver a molestarme y hacerme sentir como si todos los horrores del mundo los hubiera cometido yo. Sentir que el mundo se gira y te da la espalda, sentir que ya las palabras no tienen valor y que no puedes fiarte ni siquiera en aquellos que mejor te conocían. Girar la cara, sonreír aunque no te apetezca, aunque estés llorando por dentro, mentir para no hacer daño a aquellos que mas te quieren, fingir cuando perfectamente sabes que te mienten y reírte por no llorar.

Alma mía, por tus inseguridades he pasado horrores, aunque quizás no tengas la culpa del todo. He vivido lo mejor que he podido de mi vida, y tu me has acompañado cada segundo. Ahora no cambies así. Sí alguna vez hice algo que te dañara en exceso no quise hacerlo, y fue tarde cuando cedí pero solo te pido una cosa: deja de mantenerme en este miedo continuo que me apresa y me desgarra por dentro porque no tengo miedo; deja de dirigirme como si fuera una hoja de papel, perdida en el viento, porque no estoy perdida; deja de hacerme daño porque ya no voy a sufrir mas; deja de hacerme llorar a cada instante porque no merece la pena y no me da la gana de hacerlo mas. Tan solo te pido que actúes acorde a la situación porque si estoy viviendo en un sueño, porque si me siento tan llena de alegría como nunca, porque si estoy aprendiendo a quererme, porque si ignoro lo que puedan pensar y decir, porque si se lo que estoy haciendo y me siento segura tu que eres parte de mi eres la última de la cual puedo desconfiar.

Tengo ganas de gritar, de pegarme bofetadas hasta sangrar y mirarme al espejo y decir: “¿Qué coño te pasa? ¡Despierta!” Porque estoy harta de sufrir, de pasarlo mal. Estoy orgullosa de cada cosa que hice, cada palabra que escribí, que dije, cada acto, porque todo lleva su consecuencia y la mía ha sido fantástica. ¿Extrañar? Pues mucho y a muchos aspectos de mi vida, a alguna persona en concreto con la que no fui todo lo justa que debí, algunas miradas, algunos recuerdos que siempre estarán ahí. ¿Pasarlo mal? Pues claro, no soy de piedra ni mucho menos; es mas, el no ser así de frívola y mala es lo que me ha causado este estado y ¿sabes que? Ha sido lo mejor que me ha pasado, porque ya no tengo a aquellos que siempre estaban conmigo a mi lado por no se qué razones, ya que aprecio no hay señales que dieran, porque ahora soy yo la que decide lo que hace con su vida, porque ya no dependo de personas que critican hasta si pestañeo.
Ahora estoy en un mundo nuevo donde yo soy su dueña, yo decido, con la lección bien aprendida, en quien confiar. Porque poco a poco y tras hundirme en el mas profundo abismo, brotan nuevas partes de mi como un viejo olmo seco con nuevos brotes, porque he encontrado a personas por las que vale la pena luchar, personas que nunca les dí la oportunidad que se merecían, porque alguien que me está ayudando tanto que su carita de ángel al dormir refleja muy poco hasta el punto de lo bueno que es, y lo agradecida que estoy por cada segundo que pasa conmigo. Porque es el quien aguanta los desvaríos de mi alma rota que creí que jamas sanaría y sin embargo, poco a poco, va brotando la felicidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario