No lo entiendo, no me entiendo. Esto
cada día me atormenta y me paraliza mas. No es justo, no encuentro
la respuesta, ni la solución a mis gritos de socorro.
Cada día me levanto y lo mismo, no se
que pasará. La incertidumbre de mi alma maldita, indecisa de
sentimientos de sensaciones. ¿Por qué te revelas contra mi si lo
único que busco es tu bienestar? Cada día se me hace mas difícil
entenderlo: ¿por qué cuando me siento llena de júbilo y alegría
decides cambiar así porque sí? ¿por qué me obligas a preocupar y
hacer sentir mal a aquellos que me acompañan en mi camino?¿por qué
recuerdas todos los momentos felices que tuviste con aquellas
personas que hoy ni son capaces de mirarte a la cara?¿Y por qué en
vez de hacer eso te quedas con esa sensación increíble? No, tu
tienes que volver a molestarme y hacerme sentir como si todos los
horrores del mundo los hubiera cometido yo. Sentir que el mundo se
gira y te da la espalda, sentir que ya las palabras no tienen valor y
que no puedes fiarte ni siquiera en aquellos que mejor te conocían.
Girar la cara, sonreír aunque no te apetezca, aunque estés llorando
por dentro, mentir para no hacer daño a aquellos que mas te quieren,
fingir cuando perfectamente sabes que te mienten y reírte por no
llorar.
Alma mía, por tus inseguridades he
pasado horrores, aunque quizás no tengas la culpa del todo. He
vivido lo mejor que he podido de mi vida, y tu me has acompañado
cada segundo. Ahora no cambies así. Sí alguna vez hice algo que te
dañara en exceso no quise hacerlo, y fue tarde cuando cedí pero
solo te pido una cosa: deja de mantenerme en este miedo continuo que
me apresa y me desgarra por dentro porque no tengo miedo; deja de
dirigirme como si fuera una hoja de papel, perdida en el viento,
porque no estoy perdida; deja de hacerme daño porque ya no voy a
sufrir mas; deja de hacerme llorar a cada instante porque no merece
la pena y no me da la gana de hacerlo mas. Tan solo te pido que
actúes acorde a la situación porque si estoy viviendo en un sueño,
porque si me siento tan llena de alegría como nunca, porque si estoy
aprendiendo a quererme, porque si ignoro lo que puedan pensar y
decir, porque si se lo que estoy haciendo y me siento segura tu que
eres parte de mi eres la última de la cual puedo desconfiar.
Tengo ganas de gritar, de pegarme
bofetadas hasta sangrar y mirarme al espejo y decir: “¿Qué coño
te pasa? ¡Despierta!” Porque estoy harta de sufrir, de pasarlo
mal. Estoy orgullosa de cada cosa que hice, cada palabra que escribí,
que dije, cada acto, porque todo lleva su consecuencia y la mía ha
sido fantástica. ¿Extrañar? Pues mucho y a muchos aspectos de mi
vida, a alguna persona en concreto con la que no fui todo lo justa
que debí, algunas miradas, algunos recuerdos que siempre estarán
ahí. ¿Pasarlo mal? Pues claro, no soy de piedra ni mucho menos; es
mas, el no ser así de frívola y mala es lo que me ha causado este
estado y ¿sabes que? Ha sido lo mejor que me ha pasado, porque ya no
tengo a aquellos que siempre estaban conmigo a mi lado por no se qué
razones, ya que aprecio no hay señales que dieran, porque ahora soy
yo la que decide lo que hace con su vida, porque ya no dependo de
personas que critican hasta si pestañeo.
Ahora estoy en un mundo nuevo donde yo
soy su dueña, yo decido, con la lección bien aprendida, en quien
confiar. Porque poco a poco y tras hundirme en el mas profundo
abismo, brotan nuevas partes de mi como un viejo olmo seco con
nuevos brotes, porque he encontrado a personas por las que vale la
pena luchar, personas que nunca les dí la oportunidad que se
merecían, porque alguien que me está ayudando tanto que su carita
de ángel al dormir refleja muy poco hasta el punto de lo bueno que
es, y lo agradecida que estoy por cada segundo que pasa conmigo.
Porque es el quien aguanta los desvaríos de mi alma rota que creí
que jamas sanaría y sin embargo, poco a poco, va brotando la
felicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario