viernes, 22 de julio de 2011

Distancia.

Las palabras no son suficientes para describir...
La distancia que nos separa es verdugo de alegrías en mi corazón. Las voces calman su dolor, pero si no te escucho, siento miedo, desamparo y desolación. Me gustaría poder sonreír y hacer como que no pasa nada, que estoy bien. Pero lo único que estoy es bien autoengañada.
No es justo esto que nos toca vivir, ni yo soy quien para hacerte sentir así... Pero aun así te necesito a mi lado, y se que soy egoísta, pero es que a mi corazón has conquistado.
Pesadillas pueblan mis noches y yo las ignoro para no caer mas en el abismo y volver a despertar dando voces. Siento un dolor que se clava en mi pecho. Enfermedad odiosa que solo sana con tus besos. Dulce pena que me absorbes, quiero desterrarte y volver a la ciudad de la alegría donde la luz y el calor me despiertan cada día. Mi corazón ahora late frío...Frío que siento sin tu cuerpo, sin tus palabras que me devuelven cada aliento. Falsa felicidad, ya ni siquiera tu me acompañas, me has dejado sola cuando yo solo te adoré y me aferré a ti con cada parte de mis entrañas.
Pero que puedo decir yo si solo soy una cría, a la cual parece, que ni siente, ni añora, ni siquiera guía a su pobre corazón a un lugar donde no sea tan grande la desolación.
¡Basta!¡No quiero caer mas! Estoy harta de vivir en la oscuridad, oscuridad que pobló mi vida, que se llevó mi infancia. Oscuridad que siempre, aunque no quiera, me acompaña.

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