Crecimos desde nuestra mas tierna infancia siendo amigas íntimas. La palabra secreto entre nosotras no existía y todos nos envidiaban, no creían posible esa amistad porque eramos completamente opuestas pero, al parecer, era cierto eso de que los polos opuestos se atraen.
Pasaron los años para todos, y en nuestras aulas cada año había nuevos grupitos, nuevos amigos. Amistades que acababan tan rápido como empezaban. Todas eran así, excepto la nuestra. La nuestra era sincera. ambas creíamos que siempre estaríamos así. Cada una fue haciendo participe a la otra de la vida que tenía, en cuanto una necesitara algo, la otra, sin dudarlo un segundo se lo daba.
Las dificultades en nuestra amistad no fueron pocas. Al parecer, todos intentaban separarnos. Los compañeros de clase lo hacían de la peor forma posible.. sembrando dudas entre nosotras pero nada era un secreto para la otra así que seguimos unidas. Pero había fuerzas superiores a los compañeros, aquellos eran los padres. Las autoridades que rigen nuestra vida cuando somos pequeños son los padres y si ellos no querían algo, ese algo no podía ser.
A su modo de ver mi persona estaba muy poco adecuada para ella, a pesar que mis notas eran mejores que las suyas. Que yo estaba "demasiado suelta" por poder quedar con mis amigos y si terminaba mis tareas, salir a jugar. Ellos creían que ella era feliz cuando la metían en su burbuja, cosa completamente falsa. Ella estaba harta de tener que aguantar día y noche metida en su habitación sin poder hablar con nadie ni hacer nada. Si no había tarea, se estudiaba, y si se terminaba de estudiar.. termino que no existía porque siempre había que estudiar, le prohibía por completo hablar conmigo. Pero mi persona no era precisamente conocida por la falta de cabezonería y a pesar de no poder hablar con ella por teléfono me presentaba directamente en su casa. Y subía si o si.
Y así pasaron los años. Cuando nos volvimos algo mas mayores yo empecé a salir y a tener amigos fuera del colegio, ella siempre había sido mi mejor amiga y yo quería mostrarle al mundo aquella maravillosa amiga que tenía, a pesar que no fuera para nada del estilo de mis otros amigos. La metí en mi mundo, todo lo que su madre me permitía claro, pero ya las diferencias entre nosotras empezaron a ser patentes.
Ella se sumió en los celos, y en la desconfianza y de una manera sutil intentó arrebatarme todo lo que tenía. Mis amigos mi mundo al completo. Comenzaron las mentiras, los engaños, y los intentos de robarme cada persona que estaba a mi lado. Comenzó a hablar de mi a mis espaldas y a intentar hacerme daño. Todavía a día de hoy, le empiezan a gustar, por casualidad, cada una de mis parejas... bueno yo harta de todo esto adopte mi postura de simple compañera. Nada mas. Ella se dio cuenta pero yo le decía que solo eran imaginaciones suyas.
Pasó el tiempo y parecía que las cosas iban cambiando.. ahora tenia una nueva que ocupaba mi lugar, ¡y me contaba lo que le pasaba a la otra! Era lo que había estado haciendo conmigo todo el tiempo, ni siquiera era su amiga, yo era solo su pañuelo. Rememoré nuestros recuerdos y me di cuenta de lo falsa, del poco interés que mostraba ella en mi y yo sin embargo le daba TODO ... Qué decepcionante es la gente...
Ahora era sobre ella de la que mentía. Intentaba sembrar el miedo entre la chavala y su novio.. me suena bastante esa acción.. no se porqué...
Y ya el colmo, le iba chupando el culo a quienes le caían mal, incluso a mi porque eso no se le puede llamar intentar arreglar las cosas.. y yo sigo fría con ella... prefiero no volver a meterme en su juego aunque después de todo lo pasado...
Pero a pesar de todo... Y sí, se que soy tonta. No puedo evitar echarla de menos...
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